Calla. Calla y no digas nada. Cada palabra es una herida, y sólo puedo pedir perdón.
He confesado el pecado, no me arrepiento de haber amado y aun así produce dolor...
Ojalá estuvieses aquí y poder darte un amanecer tan sólo para ti.
Y es tu espejismo el que me sonríe, tus labios los que siento que una y otra vez me besan. Y tú, tan sólo tú, quien cada día de mí se aleja.
Hiere escuchar el vaivén de tus manos, lejos, siempre lejos de mí.
Sé que nunca vendrás a mí.
Puedo soñar, seguir soñando.......
Ojalá estuvieses aquí.