Aún espero que me despiertes de mi eterno letargo, que me arranques el hielo y dejes mi ropa hecha retazos.
Deslizarme por tus caderas como si fuesen eternas, dibujar tu pecho con mis labios y perderme después,
atormentarte y ser el pequeño diablo que quieres ver.
El ángel que puedo ser.
Despiertame, hazme revivir.
Deja el mundo, Atlas, y acércate a mí.
Amordázame con tus labios, desátame despacio y encierra el tiempo en un cajón. Desliza tu piel sobre mi piel hasta fundirnos en uno;
Sólo quiero ser una y otra vez esclava de tu piel.
Sueño cada noche con poder caer entre tus brazos y probar el sabor de tu piel.
Ven a mis labios, Atlas, ven y prueba la miel.