Llevaba semanas pensando crear un blog. No tenía muy claro el fin. Y sigo sin tenerlo claro. Quizás como un intento de "expulsar los demonios que habitan en mi" y que, ciertamente, son muchos. Quizás, para compartir todo aquello que voy escribiendo algunas veces, según dicta mi inconsciente sin pensar, y después ni siquiera sé muy bien de donde ha salido.
O para poder entender de donde viene y por qué todo lo que a veces pasa por mi cabeza.
A veces no es fácil, nada fácil vivir como en una montaña rusa sin control en la que no sabes cuando estarás arriba, ni cuando bajarás bruscamente. Ni tampoco, como de profundo llegarás. Si te hundirás tanto como la última vez, o aún más.
Pero no quiero adelantar nada. De eso, escribiré otro día. De montañas rusas y pozos. De pilas y polos, de química y médicos.
Ahora toca uno de los textos que escribí hace muchos años y que por fortuna y memoria pude conservar. Otros muchos, la mayor parte, se perdieron en el olvido. Poco a poco iré recopilándolos en el blog.
Tanit
Mujer etérea
Ninfa perdida del agua
que busca el aliento de vida.
Bajo la lluvia encontrará su ser,
entre el barro
y las hojas
dejará de ser
la niña
que fue.
Tanit
por siempre
mujer.
Se marchará con el viento
agitando sus alas.
Con la luz
besando su rostro.
Entre las olas abandoné mi piel
por ir tras de ti,
Mujer.
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